A la aguamarina se le atribuyen propiedades liberadoras del estrés y contribuye a purificar las energías circundantes, calmar la mente, brindando sensación de paz y serenidad.
Se cree que su poder se basa en el restablecimiento de la autoestima (tolerando mejor el juicio de otras personas), la reactivación del poder personal y la confianza en uno mismo y en la capacidad de dar lucidez y equilibrio a la hora de tomar decisiones.